jueves, 25 de abril de 2024

Poder

 Tiempo sin escribir, tiempo sin permitirme ahondar en lo profundo de mí. Quizás por miedo de ya no poder escribir relativamente bonito como antes, o tal vez que le escapo un poco el poner en palabras todo lo que hoy me atormenta.
La realidad es que ya no soy esa adolecente que inició este mundo de la escritura con el propósito de poder entender y ordenar toda esa maraña de emociones y pensamientos que la seguían. Esa niña que buscaba un poco de consuelo, desahogo y atención, escapar de una realidad en la que se sentía invisible.
Hoy abrazo a esa yo del pasado, ya crecí y cambié. Todo mi entorno cambió. 

Sobrellevé y sobrellevo el peso de la pérdida, conocí ese dolor tan grande que implica perder a un ser cercano. Ser conciente cómo la vida es tan efímera y nadie la tiene comprada. 
Me enamoré, una... dos veces. Cubierto con el manto de la inocencia y la fe ciega, mi primer amor terminó como era de esperarse, tan brusco y chocante con un tifón que te pone todo de cabeza. Pasó tiempo y un montón de factores se tuvieron que acomodar para que pudiera permitirme confiar nuevamente, y así hoy poder disfrutar del calor y la calma que me brinda la hermosa persona que hoy acompaña mis días.

Hoy por hoy, el enfoque de mis preocupaciones es otro, más profundo mas enredado. Segundo a segundo, día a día, la vida pasa y soy demasiado consciente de eso. Me siento en un mar a la deriva dentro de una balsa de auxilio, no me estoy ahogando pero tampoco tengo la certeza de nada.

Supongo que así también es un poco la vida, por momentos caos, por momentos orden, a veces te sentis tan grande que podes comerte el mundo, y al siguiente tan pequeña que cuesta hasta respirar.
Me gustaría que sea todo mas sencillo, no sentir tanto, no enroscarme de más.
Poder vivir diariamente sin grandes angustias de las cuales desconozco su procedencia.
Poder ser un poco más libre de las barreras de mi mente.

Poder vivir en paz.

1 comentario:

DUlCE dijo...

Has definido la vida en tus palabras, porque vivir es así, un arriba y abajo y casi nunca una constante, esa paz solo llega por momentos o cuando simplemente creemos que la vida ya no nos sorprenderá, para bien o para mal. Sigues siendo esa niña que conocí hace unos años en este blog, esa sensibilidad no la pierdes.

Besos dulces corazón de melocotón